Anthony comenzó cantando en su pueblo natal, Riosucio (Caldas). Su vena artística se la debe a su madre, Maria Angélica Guerrero, quien cantaba con una hermana en las fiestas familiares. A los nueve años, Anthony se subió por primera vez a un escenario: el del Instituto Los Fundadores donde deleitó a sus compañeros de clase con la canción ‘La Luna y el Toro’, del español Carlos Castellano Gómez
“Siempre me gustó cantar, sobretodo en las reuniones familiares. Puedo decir que mi madre fue mi maestra, ella me enseñó a ser afinado y a escribir mi propia música. A partir de la caja vallenata compongo mis canciones”, cuenta Anthony.
A la cárcel
En la cárcel de máxima seguridad La Picota de Bogotá obtuvo su primer trabajo como guardián del Inpec. Su amor por la música no le permitió quedarse solo para vigilar celdas y empezó a buscar otras opciones. Se desempeñó como coordinador de las actividades culturales y fueron sus amigos, los hombres que se encontraban internos en este centro penitenciario, quienes lo acompañaban en el coro de la canción ‘El Valor de la Libertad’, de su autoría. Esta canción la cantaron por primera vez en el programa de televisión ‘Cuánto Vale su Actuación’, en 1983.
“El Valor de la Libertad empieza:
...metido en esta celda como siempre preferiblemente ser un mendigo
pero mi deshonra cambó mi suerte hoy me somete a estar en un presidio,
ausente de mi esposa y de mis hijos, de mi madre y de todos mis amigos,
ante la sociedad soy un residuo que se echa la basura por fastidio...
Entonces entraba un coro que me lo hacían los internos, el cual decía:
...cuánto puedo ganar teniendo mi libertad”, recuerda con nostalgia.
Sus fieles seguidores
Hace dos años, este ‘Guerrero Vallenato’ decidió grabar su primer trabajo discográfico. Su experiencia de 23 años como dragoneante y una mujer que conoció en la cárcel de La Badea de Dosquebradas, le sirvieron de inspiración para escribir diez temas musicales que están en el disco compacto.
“Yo tomé la decisión de grabar mi primer disco cuando llegó una interna que mató al esposo. A partir de esa historia escribí ‘Pagaré mi Error’, lo que pretendo con este tema es sensibilizar a las parejas, para que dialoguen antes de irse a actos violentos”, dice el artista.
Para Anthony, el componer vallenatos y cantarlos lo hace feliz, pero lo más importante es que puede brindarles un poco de alegría a las internas del penal de Dosquebradas. De las ganancias de las ventas de cada uno de sus discos, destina el 20 por ciento para la compra de chocolatinas, bombones y galletas y, cada mes, al son de un vallenato les endulza la vida a las 280 mujeres que están allí pagando penas.
El ‘Guerrero Vallenato’ desea que su obra social no se quede encarcelada y salga a otros centros penitenciarios del país. “Así como llego saludando, también me despido de la misma manera y les digo a las internas: ¿que tengan un día qué? Y ellas me contestan: ¡diferente! , por eso todas me llaman el hombre diferente”.
En medio de los aplausos que salen de entre las rejas del penal, Anthony se despide de sus 280 seguidoras. La cita para el canto será de nuevo en un mes. La cita con las historias que lo inspiran es de todo los días, pues cada día de trabajo se entera de los dramas con los que llegan cada una de estas mujeres.
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